“Caminar es la mejor medicina para el hombre.” Hipócrates
Podría parecer una combinación simplona, que ahora reinventaremos la sopa de ajo. No la reinventamos, pero ya que estamos en la era del conocimiento y de la consciencia, lo que hacemos es formular una propuesta desde el conocimiento y poniendo consciencia en lo que hacemos: a por qué andamos (Walking) y cómo y para qué lo juntamos con conversar (Coaching).
Me explico, las abuelas hace años que lo practican, pasean y charlan, y después de hacerlo se sienten bien y por eso repiten. Hasta ahora se atribuía el sentirse bien a los beneficios de socializarse y a los beneficios fisiológicos del ejercicio físico como la generación de endorfinas, la activación del sistema cardiovascular o un sinfín más ampliamente descritos más allá de recomendaciones antisedentarias del tipo “camina 30 minutos al día”.
Lo nuevo, es que aparte de los beneficios fisiológicos del ejercicio físico y del caminar, en los últimos años se han contrastado con diferentes estudios los beneficios psicológicos1. Y si me apuráis dichos beneficios per se tampoco son nada nuevo, hace milenios que los peregrinos los disfrutan y más tiempo aún que se aconseja el andar como inicio en la práctica meditativa en oriente. Pero ahora que disponemos de pruebas científicas que demuestran los efectos de la meditación sobre la actividad cerebral2, estamos en posición de certificar el porqué de sus múltiples beneficios.
Otra novedad radica en que ya no se trata de una práctica espiritual fuera de nuestro alcance que requiera horas de sacrificio; ahora sabemos que se trata de unos beneficios a los que podemos acceder a diario prácticamente sin esfuerzo. Me refiero a que, nuestro cuerpo por el mero hecho de andar nos saca del estado de estrés ya que equilibra la actividad de los dos hemisferios del cerebro de forma automática 3, sí automática, que es casi como decir gratis, sin necesidad de pastillas, terapias o iluminaciones.
Tal como decía Einstein,
“no se puede resolver un problema desde el mismo nivel de comprensión que lo ha creado”.
Es desde de la situación de estrés desde donde surgen problemas y preocupaciones que generan más estrés en lugar de soluciones.
La situación de estrés4 coloca a nuestro organismo en estado de reacción “animal” ante el peligro: huir o luchar.
Aumentan las frecuencias cardíaca y respiratoria y suben los niveles de azúcar en sangre para disponer de la energía necesaria de forma rápida entre otros efectos. En este estado, el cuerpo, y por tanto la mente, que no van tan separados como las palabras indican, no está en disposición de crear opciones futuras y nuevas posibilidades. Está luchando por sobrevivir.
Lo curioso es que nuestro día a día nos coloca en este estado prácticamente sin darnos cuenta, y desde allí nos exigimos ser más creativos, más flexibles y adaptables a nuestro entorno cambiante, ser nuestra mejor versión.
Paradójico, ¿verdad?
Colocamos a nuestro organismo en un estado en el que todos sus recursos se preparan para la subsistencia y luego le pedimos que crezca, que sea creativo, que saque sus mejores recursos, que se revise y que encuentre nuevos enfoques.
Aquí es donde aparece la sinergia con el Coaching. Ya que el Coaching consiste en un proceso a través de la conversación que permite sacar a la luz los recursos del cliente y ponerlos al servicio de sus retos. Se trata de un proceso orientado a la acción en el que el Coach acompaña al cliente a conseguir sus objetivos que suele implicar creatividad para ver la realidad desde otra perspectiva.
Aunque un buen Coach dispone de varias herramientas para estimular el proceso, desde un estado estresado, primero habrá que conseguir crear este espacio para dejar de preocuparse por sobrevivir.
Con el Coaching & Walking, lo que estamos haciendo es:
- acompañar con el cuerpo al proceso que le pedimos a la mente.
- generar un estado corporal y mental desde donde nuestros recursos internos están más accesibles, un estado que facilita, acompaña y acelera la reflexión y la creatividad por parte del cliente.
- potenciar el cambio de perspectiva a través del cambio de entorno al salir al exterior.
- romper con la rutina y no tener límites físicos (paredes) facilitan romper limitaciones mentales.
- reconectar con la versión más auténtica e inspirada de nosotros.
- dar espacio para preguntas y respuestas que no tienen cabida en nuestro día a día.
- maximizar los resultados del proceso de Coaching.
Al final, el cuerpo es más sabio de lo que hemos querido ver, y si no ¿Quién no ha sentido la necesidad de que le diera un poco el aire o estirar las piernas en momentos de estrés? Bien, ahora ya sabemos el porqué.
¡El Coaching & Walking es un 2 por 1 en el que el resultado es mucho superior a 2!
1 Marquez, S. Beneficios psicológicos de la actividad física. Revista de Psicología General y Aplicada., 1995, 48 (1), 185-206.
2 Dispenza, J. (2014). El placebo eres tú. Barcelona: Urano.
Jorge Dispenza en su libro “El placebo eres tú”, ilustra con electroencefalogramas el efecto de la meditación en las ondas cerebrales: el paso de ondas beta correspondiente al estado de vigilia a ondas alfa correspondientes al estado de “relajación”, un estado en el que podemos prestar atención y crear, e incluso al estado zeta para expertos en meditación.
3 La estimulación hemisférica bilateral es una terapia psicológica efectiva en situaciones de estrés, conocida como EDMR y se puede aplicar con movimientos oculares rápidos o a través de estímulos bilaterales auditivos o táctiles. Los estímulos bilaterales táctiles se conocen también como tapping, andar no se recoge como tapping en el sentido purista, si bien implica la activación de ambas partes del cuerpo con los mismos principios; existen estudios que prueban su eficacia como:
Mert, Agali, and Eric Vermetten. «Military motion-based memory desensitization and reprocessing (3MDR): a novel treatment for posttraumatic stress disorder–proof of concept.» Journal of CyberTherapy and Rehabilitation 4.2 (2011): 212+. Academic OneFile. Web. 5 Oct. 2016.